Hablamos con Pedro Jaile.
Coleccionista de arte y ávido viajero, le interesa cómo el arte contemporáneo se ve influido por diferentes culturas. En su carrera profesional, Pedro es abogado especializado en asuntos inmobiliarios y reguladores.
¿Cuál fue tu momento favorito en Swab 2022?
Disfruté mucho de la inauguración y de la cena, fue una manera maravillosa de comenzar el evento de 4 días y juntos, tener la oportunidad de conocer a otros coleccionistas, de conocernos más a fondo y forjar planes para los próximos días. Esto era realmente especial y el restaurante fue perfecto.
¿Qué descubriste en Swab 2022?
Nuevas amistades a muchos niveles. Coleccionistas con los que he estado en contacto y con los que hemos hecho planes para reunirnos en otras ferias. Propietarios de galerías que me han invitado a su casa y me han presentado a su familia y, lo más importante, nuevos artistas maravillosos que yo desconocía.
¿Qué hace diferente a Swab como feria?
El tamaño es claramente un factor importante para mí. No es demasiado pequeño, ni tampoco demasiado grande. Es la justa medida, para permitirte ver todo a un ritmo relajado, tener mucho tiempo para conversar con los galeristas y los artistas y disfrutarlo, sin la ansiedad de tener que apresurarse por lograr verlo todo. También me encanta que Swab se tome el tiempo y el esfuerzo de integrar Barcelona. Los eventos que organizan, desde visitas a estudios, hasta visitas personalizadas a fundaciones y grandes cenas: todo fomenta un entorno que permite generar conexiones más profundas y significativas con otros asistentes que vienen de todos los rincones del planeta.
¿A dónde crees que se dirigen las nuevas tendencias del arte emergente en los próximos años?
La pregunta del millón de dólares. Creo que muchas culturas subrepresentadas seguirán emergiendo y se convertirán en agentes más importantes; desde personas racializadas, mujeres o personas de géneros discriminados, hasta artistas de lugares remotos del mundo.
¿Cuál ha sido la última obra que has agregado a tu colección?
Una escultura preciosa de Teresa Solar que tuve la suerte de conseguir en Art Basel.